Inhabilitan a tres médicos culpables de negligencia Ernesto NEVEU REYES Le extirparon los testículos CHETUMAL, 04 de diciembre.- Los médicos Delfino Morales González, Luis Serafín Padrón y Pedro Martínez Cruz fueron sentenciados por un Tribunal Federal a dos años de prisión y la inhabilitación para ejercer la medicina por espacio de un año y 15 días, tras ser hallados culpables de negligencia médica en contra de un menor de 12 años al que extirparon ambos testículos en el año 2000. Además, el muchacho, que recién cumplió los 19 años, sordo por otra omisión profesional, recibirá el pago del daño moral, aún no cuantificado, de acuerdo con la declaración de su mamá, doña Cristi, quien, robustecida por su familia, nunca renunció a su convicción de que, un día, se haría justicia. Pero la sentencia no ha sido cumplida, y los galenos Morales González y Martínez Cruz continúan ejerciendo su profesión en la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de esta capital, mientras que Serafín Padrón, ya jubilado, lo hace en la clínica particular Carranza, de acuerdo con las indagaciones de la propia entrevistada. "Ayer (lunes) quise hablar con el delegado del Seguro pero no me dieron oportunidad. Entonces fui con el Jurídico y me dijo que se comprometía a verlo, pero que se tenía que hacer todo un trámite y que hasta el miércoles (hoy) serían notificados", esto, según la parte oficial, para evitar pleitos de carácter legal, en los que, indistintamente, el IMSS no gana. A manera de remembranza, en el año 2000, Toño, que entonces contaba 12 años de edad, sufrió la torcedura de un testículo, por lo que de inmediato fue internado en la clínica del IMSS Chetumal, donde no recibió la atención médica oportuna, y si las burlas del personal médico y de enfermería. El tardío diagnóstico originó que, cuando finalmente determinaron intervenir al muchacho, el testículo lesionado tenía 96 horas muerto, por lo que fue necesario extirparlo, con la amenaza latente de que el único testículo vivo corriera la misma suerte, por lo que debía ser sujeto a observación médica de manera periódica. No obstante, un mes después, sucedió lo que se temía, y Toño tuvo que retornar al hospital con una torcedura en su único testículo: Esta vez no había por qué esperar, había antecedentes suficientes, y el personal médico, inexplicablemente, se negó a intervenirlo para reparar la lesión. Entonces, el prepúber fue mutilado. Ninguno de los seis galenos que lo atendieron asumió su responsabilidad ni al principio ni al momento de castrarlo. Las súplicas, de rodillas y bañada en llanto, de una madre para que lo atendieran, no sirvieron de nada. "Muchos me criticaron. Muchos creían que yo buscaba dinero... Pero no. Como dije una vez, y repito: Ni con todo el oro del mundo, ni con la vida de esos miserables doctores, pagan lo que le hicieron a mi hijo y a mi familia". Ahora Toño, con sus 19 años de edad, sus prótesis testiculares, tratamiento hormonal permanente, psiquiatra y todo un mundo de cuestionamientos sobre lo que pasó, se integra a la vida como cualquier joven de su edad. No se arredra ni se somete ante su condición de persona con capacidades diferentes, debido a su sordera, y sigue adelante en los estudios, apoyado por el Gobierno del Estado, por sus hermanos y sus padres. "Yo le quiero decir a la gente que afronta alguna negligencia médica, que no cedan. La justicia tarda, se lleva mucho tiempo, pero llega. Hay que tocar muchas puertas. Que me vengan a ver, yo los apoyo con toda el alma porque yo sé lo que es eso... yo sé lo que es intentar probar una negligencia, en mi caso, que son doctores inhumanos". Doña Cristi subrayó la necesidad de concretar la instalación de una Comisión Estatal de Arbitraje Médico, porque fue precisamente ese organismo a nivel central el que, junto con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, llegaron hasta Chetumal para carearse con los médicos involucrados, seis en principio, tres condenados con todas las de la ley por negligencia. "Siento que se hizo justicia aquí. Pero falta la justicia divina, que tarda más, pero cuando llega, no perdona. Y le digo a la gente del Seguro (IMSS) que no pierdan de vista esto, no por ser uno pobre nos dejen sin apoyo, porque tanto ricos como pobres pagamos el seguro y deben dar un servicio bueno. No como esos doctores que no merecen consideraciones de ningún tipo" |