madrid- La aprobación, ayer, de la normativa que permitirá a los investigadores de Reino Unido clonar embriones humanos en óvulos procedentes de animales ha levantado una ola de reacciones en España, donde esta práctica no está aún contemplada por la reciente Ley de Investigación Biomédica.
Agustín Zapata, investigador en Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, aseguró que la técnica «incrementará las posibilidades de investigación» en terapias con células madre embrionarias. En declaraciones a Servimedia, Zapata explicó que «lo que pretende esta técnica es evitar que se utilice un número elevado de embriones humanos para la investigación».
Zapata aseguró que, en España, se autoriza la inseminación humana de óvulos de vaca sólo con el fin de comprobar la calidad de los espermatozoides sin gastar un óvulo humano en reproducción asistida. El Gobierno «no se plantea autorizar la creación de embriones híbridos», dijo. En opinión de este experto, «se debe poder investigar con todo lo que suponga un avance científico, pero habría primero que esperar los resultados en Inglaterra para estudiar después la idoneidad de hacerlo aquí».
Para César Nombela, ex presidente del CSIC y del Comité Asesor de Ética para la Ciencia, los híbridos son «éticamente aberrantes y científicamente absurdos». Según explica Nombela, la técnica consiste en «desnuclear un ovocito de vaca o de coneja, los más disponibles, y trasplantar el núcleo de una célula adulta humana, para crear una quimera humano-animal y obtener células embrionarias de algo que podría llegar a ser un embrión».
Para el experto en bioética, «el simple planteamiento produce repugnancia como experimento». Además, según el científico, la línea de investigación embrionaria está «estancada» y «desprestigiada» después del fiasco del surcoreano Hwang, quien anunció a bombo y platillo grandes avances en este campo que luego resultaron ser un fraude. «Las células madre adultas sí dan resultados. La opinión pública no debería dejarse engañar», sentencia el catedrático de Microbiología.
La técnica produce «grandes objeciones morales y pocas esperanzas científicas», dice Nombela. «Esto es una quimera científica y biológica, que confunde más que abrir nuevos caminos. Reprogramar células madres adultas hasta estado casi embrionario, éste es el camino».
Esfuerzos «inútiles»
Gonzalo Herranz, experto en bioética de la Universidad de Navarra, asegura por su parte que «no se deberían echar las campanas al vuelo», ya que la experiencia hasta ahora ha demostrado que «todos los esfuerzos son inútiles, porque los ovocitos son extremadamente delicados y muy difíciles de manipular», explica. «Llevan décadas prometiendo la pronta obtención de células madre, pero nadie lo consigue». «Creo que es un barniz de hipocresía burocrática que les permite quitarse el peso de la ética de encima, diciendo ''estos embriones no son humanos'', pero, ¿por qué exigen entonces autorización para cada investigación?», se cuestiona Herranz.
El ex catedrático de Biomedicina afirma que uno de los fines de la clonación terapéutica híbrida podría ser la obtención de órganos para xenotrasplantes. En cuanto al posible impacto en España, Herranz asegura que en nuestro país «seguimos los pasos de Reino Unido», por lo que cree «probable» que se acabe imitando el modelo inglés.
Rodrigo González Fernández
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