Gorditos en la infancia, enfermos en la adultez
Desde principios de la década de los años 90, se ha incrementado notablemente la aparición en niños y adolescentes la Diabetes Tipo 2, la cual está estrechamente ligada al exceso de peso y en la edad adulta viene acompañada de complicaciones y patologías asociadas, como lo es el daño vascular en primer lugar.
La Diabetes Tipo 2, es una enfermedad caracterizada por el alto nivel de azúcar (glucosa) en la sangre, y consiste en que el organismo no responde correctamente a la insulina originada por el páncreas, es decir, se crea una resistencia. La insulina permite normalmente que el azúcar penetre a las células de nuestro cuerpo y éstas la quemen, pero cuando se padece de Diabetes Tipo 2, las células no captan esos azúcares y se produce la hiperglicemia (altos niveles de azúcar en la sangre). Descartar la hiperglicemia, es muy sencillo, solamente se requiere realizar pruebas de Laboratorio a través de una muestra de sangre. Los exámenes son la prueba de Glicemia o una más completa denominada Hemoglobina Glicocilada, la cual muestra el comportamiento del azúcar en el organismo durante los últimos 3 meses. También se realiza la Prueba de Tolerancia Glucosada.
Están establecidos criterios estrictos de los valores que pueden diagnosticar la hiperglicemia y simplemente se interpretan de la siguiente manera: Si se obtiene un resultado en el examen de Glicemia en Ayuna ≥ 126 mg dl, o en la prueba de la Hemoglobina Glicocilada se obtiene un valor ≥ 6.5%, se considera que se trata de un individuo diabético.
Los niños y adolescentes que tienen sobrepeso o están obesos, reúnen las condiciones para desarrollar este tipo de Diabetes en la adultez. Pero, ¿Cómo saber si un niño se incluye dentro de estos grupos? De acuerdo a los últimos estudios, se ha establecido que los niños con sobrepeso son aquellos que tienen un IMC (Índice de Masa Corporal) ≥ al percentil 85 y < al percentil 95, y se considera que son obesos, cuando tienen un IMC > al percentil 95. La fórmula para calcular el IMC es el peso expresado en Kgs dividido entre la estatura expresada en m². (IMC= Kg/m²)
En individuos de 2 a 20 años de edad, se considera estar bajo de peso si posee un IMC menor al percentil 5, y que se tiene un peso normal si su IMC se ubica entre el percentil 5 y el percentil 85.
Las pautas para manejar los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad son las mismas que las usadas en los adultos con Diabetes Tipo 2 y buscan un mismo fin:
Alcanzar niveles de glicemia cerca de lo normal
Identificar y tratar patologías como hipertensión arterial, dislipidemia (niveles de colesterol alto) e hígado graso principalmente
Si se tiene en casa a uno de estos niños potencialmente enfermo a futuro, se debe discutir con su médico Pediatra para que lo remita lo antes posible a un Endocrinólogo Infantil quien de la mano de un Nutricionista, someterán al niño al tratamiento indicado.
Los tratamientos son los siguientes:
No farmacológico: El cual consiste en reducir el peso mediante el incremento de actividad física y modificación del estilo de vida del niño
Farmacológico: Con drogas antidiabéticas
Terapia Quirúrgica: Intervenciones radicales para reducir tamaño del estómago
El tratamiento No Farmacológico se basa en una dieta en la cual básicamente se deben reducir las porciones de alimentos a ingerir, se deben sustituir alimentos ricos en calorías por frutas y vegetales, descontinuar todo tipo de bebidas de alto contenido calórico como refrescos y jugos azucarados así como reducir la frecuencia de comer fuera de casa. Con respecto a la actividad física, los ejercicios dependerán del sobrepeso que se tenga. Si el niño o adolescente posee un IMC que se ubica en el rango ≥ 85 ≤ 95, los ejercicios indicados son caminatas largas, todo tipo de deportes al aire libre, gimnasios, danza, atletismo, etc. Pero si el IMC es ≥ 95, no se sugieren deportes de alto impacto que puedan causar lesiones en articulaciones como en los tobillos y rodillas. En ese caso se recomienda la natación, el ciclismo y caminatas cortas.
Es indispensable que los niños permanezcan bajo supervisión de un equipo multidisciplinario que incluya un nutricionista, fisiólogo del ejercicio, psicólogo, a parte del trabajo de los demás miembros de la familia que sirvan de apoyo para el cambio de su estilo de vida. Prevenir la Diabetes Tipo 2 es cuestión de seguir buenos hábitos alimenticios y una vida con actividades recreativas que incluyan actividad física, para que los niños no tiendan a la gordura. Los padres deben estar atentos para evitar esta enfermedad que puede no llegar a desarrollarse, a diferencia de la Diabetes Tipo 1, la cual es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no produce insulina y ésta debe inyectarse. En este caso la Diabetes no se debe a sobrepeso, sino principalmente a factores genéticos hereditarios y no está en nuestras manos detener que se desarrolle.
Bibliografía: UpToDay Inc 2001
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Saludos
Rodrigo González Fernández
Diplomado en "Responsabilidad Social Empresarial" de la ONU
Diplomado en "Gestión del Conocimiento" de la ONU
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