El Monte Everest ofrece un laboratorio natural para el estudio de las enfermedades del corazón, los problemas pulmonares, la pérdida muscular, los trastornos del sueño y las nuevas tecnologías médicas, aparte de ser la montaña más alta del mundo. La altitud extrema del Monte Everest coloca a los alpinistas bajo las mismas condiciones de los enfermos del corazón, los obesos y los ancianos.
Para obtener provecho de esto, los científicos de Mayo Clinic se unen a la expedición al Everest de la revista National Geographic, la empresa The North Face y la Universidad Estatal de Montana. El grupo de Mayo controlará desde el campamento a los nueve alpinistas durante todo el ascenso, que ocurrirá entre mediados de abril y mediados de mayo.
"Es posible simular algunas afecciones con tiendas de oxígeno y cámaras hiperbáricas, pero solamente durante períodos cortos", comenta el Dr. Bruce Johnson, fisiólogo de Mayo Clinic y director de la expedición científica. "Estamos estudiando los efectos de la altitud extrema sobre personas sanas y activas, y sobre los atletas porque lo que ellos experimentan imita algunos aspectos de la enfermedad cardíaca".
El Dr. Johnson, quien ya realizó investigaciones en el Polo Sur y otras cadenas montañosas, estará acompañado por tres científicos de Mayo Clinic: el médico e investigador Dr. Doug Summerfield, y los científicos doctores Bryan Taylor y Amine Issa.
Esta expedición y otras iniciativas científicas forman parte del esfuerzo de Mayo por transformar la atención médica. Se espera que los datos generados por la expedición ofrezcan un nuevo entendimiento sobre la vejez y las enfermedades del corazón, además de ayudar a Mayo a desarrollar alternativas pagables y de alta calidad para los pacientes que necesitan control cardíaco.
La iniciativa del Monte Everest incluye cuatro áreas de estudio:
La fisiología del sueño
Es difícil dormir bien por la noche en una tienda de campaña fría, especialmente a 5486 metros (18 000 pies) de altura. La apnea del sueño es común, y ese mismo problema de dejar de respirar y volver a inhalar es lo que enfrentan muchos pacientes gordos o con insuficiencia cardíaca crónica. La apnea del sueño puede disminuir la cantidad de oxígeno presente en la sangre, problema grave a nivel del mar y a gran altitud. El sueño en la montaña es de mala calidad debido al espacio restringido, a los vientos fuertes, a las superficies duras, y hasta la ropa o el equipo pueden también desempeñar algún papel en ello. Los científicos estudiarán la oxigenación durante el sueño y la calidad del mismo, porque se relacionan con otros problemas de la gran altitud.
La pérdida muscular a gran altitud
En estudios anteriores se observó en los alpinistas una rápida pérdida de peso a gran altitud, principalmente de músculo, no de grasa. La ingestión de más cantidad de comida tiene una repercusión insignificante sobre este hecho. El desgaste muscular es un problema común en muchas enfermedades crónicas, entre ellas, las cardíacas. La hipótesis es que la pérdida de peso se relaciona con la hipoxia más grave, especialmente por la noche. El equipo seguirá la pista de las calorías, de la calidad del sueño, de la hipoxia en el sueño y de la composición corporal.
Regulación del líquido pulmonar
El edema pulmonar, o la presencia de líquido en los pulmones, es un problema común en los pacientes cardíacos y continúa siendo un misterio en las montañas. Algunos piensan que se debe a la constricción desigual de los vasos sanguíneos en los pulmones, como respuesta a la menor presión de oxígeno. Sin embargo, no todos los alpinistas experimentan esto y por eso se piensa que existen otros factores, tales como una susceptibilidad genética. Los científicos analizarán las presiones pulmonares, la transferencia de gases dentro de los pulmones y otros factores.
Pruebas sobre monitoreo a distancia
Se probarán los aparatos de monitoreo y registro a distancia, siendo la primera prueba bajo estas condiciones extremas para algunos de ellos. Verificar que son suficientemente fuertes para el Monte Everest y que funcionan en frío extremo y con cambios de presión será útil para su futuro empleo en los ascensos y también a nivel del mar. Esta será la primera prueba de campo para un monitor desarrollado por científicos de Mayo Clinic. Si logra recoger datos confiables en el Monte Everest, dejará garantizada su calidad para monitorizar a los pacientes cardíacos desde su casa, enviando advertencias cuando sea preciso ajustar los medicamentos o se necesite acudir al médico.
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Imágen © Carl J. Kravetz 2007