El estrés de la vida moderna y urbana aleja a la naturaleza. Es como si la ciudad llevará impresa la noción que no hay tiempo para nada. Entonces, no hay tiempo para cocinar, comer detenidamente ni menos para pensar que si lo que se está comiendo, alimenta o enferma.
El conocer los componentes nutritivos y químicos de los alimentos abre un abanico de ventajas para diseñar los menús semanales en casa, pues no se trata de consumir productos aislados porque hacen bien, sino platos de comidas según los gustos y necesidades de cada integrante del hogar, que fomenten el bienestar y la fortaleza del cuerpo.
En esa línea, los alimentos creados por la naturaleza han demostrado su enorme poder preventivo y curativo "de numerosas patologías, como aquellas de origen autoinmune, cardiovasculares, algunos tipos de cáncer, asma, depresión, pérdida de memoria o enfermedades del colon, debido a sus componentes fotoquímicos, que no son nutrientes, sino compuestos que tienen propiedades terapéuticas como antioxidantes, antibióticos, protectores hepáticos o anticancerígenos", afirma Nelba Villagrán, nutricionista de la U. de Chile y vicepresidenta del Colegio de Nutricionista.
Explica que esta acción terapéutica la otorgan estilos alimentarios basados, principalmente, en alimentos vegetales, integrales y orgánicos que se encuentran en la dieta mediterránea o las dietas vegetarianas, pues las proteínas de origen animal impedirían la eliminación de toxinas acumuladas en el cuerpo. Aunque de todos modos estas dietas serán complementarias en el caso de una patología.
"El doctor determina enfermedades y a veces indica que dieta debe llevar un paciente, pero estamos en otros tiempos, donde hay que ver al individuo como único e indicarle alimentos que tengan fitoquímicos específicos y los nutricionistas sabemos cómo utilizar los alimentos", reflexiona.
En el caso de una dieta vegetariana no debieran faltar nueces, almendras y avellanas, principalmente en lo que se refiere a semillas. También tendrá que incluir aceite de oliva extravirgen, frutas 4 ó 5 variedades al día y verduras crudas de variados colores.
"No es lo mismo comer verduras crudas que cocidas, pues las primeras cuentan con enzimas que ayudan a la metabolización de los alimentos y los colores están asociados a los fitoquímicos que contienen", asevera esta especialista en Terapia Nutricional (www.nutriterapia.cl)
También recomienda ingerir arroz, cereales y harinas integrales. Respecto a los alimentos que presentan compuestos anticancerígenos menciona los siguientes, aunque advierte que aún no está estudiado la cantidad necesaria de cada uno de ellos y por eso hay que integrarlos a la alimentación diaria. Estos son: ajo, cebolla, soya, cúrcuma, té verde, tomate (para cáncer de próstata), pomelo, mandarina, limón, naranja, uvas, chocolate negro con más de 70% de cacao, frambuesas, frutillas, arándanos, nueces, semillas de linaza recién molidas, brócoli, repollos, coliflor, nabos, rabanitos, repollitos de Bruselas, algas marinas, jengibre, perejil, tomillo, menta, alcaparras, calabaza, papas, zanahorias, palta, alcachofas, berenjenas, albahaca, apio, cerezas, clavo de olor, espinacas, cilantro, lechuga, lentejas, alfalfa, mangos, cebada, peras, manzanas, hongos shiitake, y pimienta negra, entre otros.
Sin embargo, la acción terapéutica de los alimentos para Rosa María Fabrega, nutricionista y coordinadora del área en la Clínica Las Lilas, es solo un buen complemento de un tratamiento médico tradicional.
"Nosotros orientamos una alimentación sana en vida sana. Una alimentación normal incluye frutas y verduras en cantidad considerable, tenemos una pirámide alimentaria, en la cual se indica el tipo y cantidad de alimentación que necesitamos. Si un paciente tiene una patología, la verdad no es tan simple que se vaya a curar solo con la alimentación, depende de lo que estemos hablando, pero sí hay ciertas patologías que necesitan una dietoterapia, por ejemplo, la diabetes, las personas celiacas o con insuficiencia renal", declara.
De todas maneras, concuerda que el cáncer gástrico o de colon se previene con una buena alimentación donde se incorpore la mayor gama de alimentos que la naturaleza proporciona.
"Mientras más naturales o menos elaborados es mejor. Las frutas comerlas con piel y no procesarlas, y, legumbres dos veces por semana".
Para conocer las propiedades preventivas y curativas de algunas verduras, existe variada literatura disponible en librerías y en la web. Aunque hay que tener en cuenta que sus características son solo una guía y para ser más efectivo su acción es mejor consultar a un especialista. De todas maneras, acá van las más saludables para este invierno.
Acelga Reduce la retención de líquidos, alivia el estreñimiento y es un remedio en caso de la inflamación de riñones o vesícula biliar, pero no hay que abusar.
Ají Actúa como expectorante previniendo y aliviando bronquitis crónica y enfisema; descongestiona y estimula la euforia.
Ajo Antioxidante poderoso, reductor de la presión sanguínea, fortalecedor del sistema inmune, nivelador de la glicemia, preventivo de problemas cardiacos, respiratorios, antivírico, fungicida y bactericida, reductor de nitritos.
Alcachofa Desintoxica y purifica la sangre. Baja colesterol y estimula la producción de bilis. Se utiliza para tratar la anemia, la diabetes, el estreñimiento, los cálculos de la vesícula biliar, la gota o el reumatismo, utilizando las alcachofas o el líquido obtenido de la cocción de sus hojas. Favorece afecciones crónicas a la piel, tales como dermatitis, eccemas o alergias.
Berenjenas Tiene propiedades laxantes y actúa como calmante del sistema nervioso. Estimula las funciones del hígado y del páncreas, Sus hojas son utilizadas de manera externa como antiinflamatorias, ayudan a aliviar problemas de la piel incluyendo las quemaduras. Cuando la berenjena esta verde es altamente toxica. Se recomienda incluirla en dietas de adelgazamiento.
Betarraga Combate anemias, facilita la digestión, desintoxica el hígado, limpia la sangre y promueve la producción de glóbulos rojos. No es recomendable para quien tenga cálculos renales o los niveles de acido úrico sean elevados. Es importante aprovechar las hojas porque colaboran para eliminar toxinas.
Brócoli Minimiza el riesgo de cáncer, tonifica el aparato digestivo, protege el intestino, alivia la constipación y previene las hemorroides.
Cebolla Cruda es efectiva como antiséptico acelera curación de resfríos o infecciones respiratorias.
Champiñones Tiene propiedades estimulantes, fortalecen el sistema de defensas, adelgazan la sangre, minimizan los niveles de colesterol malo y son antivíricos. Previenen ataques cardiacos y alivian dolores de cabeza.
Espinacas Es depurativa sanguínea y promueven la producción de glóbulos rojos. Protege riñones y aparato digestivo aunque si hay inflamación no se recomienda comer en grandes cantidades. Estimula funciones pancreáticas, alivia el estreñimiento. Se recomienda en caso de artritis, reumatismo y gota.
Garbanzos Posee propiedades antisépticas y diuréticas. Sirve para tratar inflamaciones del tracto urinario y las digestiones anormales, ya que combate parásitos intestinales.
Lentejas Ayuda a prevenir anemias, arterioesclerosis, presión alta, diabetes, estreñimiento y la diverticulitis. Baja el colesterol y radicales libres.
Maíz Es un agente moderador de la tiroides, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL y cuida del corazón. Sus propiedades se pierden muy fácil al cocinarlo o someterlo al fuego durante largo tiempo.
Pepino Alivia la artritis, la gota y el reumatismo. Es diurético y antiinflamatorio; elimina ácido úrico, alivia el estreñimiento, limpia el intestino y da energía.
Zanahorias Limpia la sangre, el hígado y la vesícula biliar. Previene infecciones, mejora la visión y estimula el sistema inmune, reduciendo el colesterol y previene el estreñimiento.