POR SERGIO LIMIROSKI
Hace ya casi cinco años, unas tristes imágenes tomadas en la Argentina, más precisamente en la provincia de Tucumán, daban la vuelta al mundo: chicos con sus pancitas hinchadas, caras arrugadas y extremidades flaquísimas buscaban salvar sus vidas en las salas de los hospitales. Eran víctimas de la desnutrición infantil, un flagelo que con la crisis de 2001 había recrudecido y alcanzado niveles muy graves.
Este tipo de desnutrición, que es la denominada aguda, es la que causa al chico, si logra sobrevivir al grave cuadro, daños para cuando alcance su edad adulta.
Estos daños pueden manifestarse en alcanzar una estatura baja en su mayoría de edad. Además de modificaciones físicas, durante su crecimiento le provocará trastornos en la memoria, el aprendizaje, en la capacidad para hacer amigos y problemas de conducta.
Las políticas implementadas en los últimos tiempos permitieron llevar la tasa de desnutrición a niveles más aceptables. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, el problema afecta en la actualidad al 1,2 por ciento de los chicos menores de cinco años.
Los resultados fueron obtenidos tras una encuesta en más de 310 mil hogares de todo el país. En el estudio se buscó conocer hábitos alimentarios, las conductas y el perfil educativo, y las enfermedades que padecen los chicos.
DOS MANERAS
La desnutrición se presenta de dos maneras, afirmó a La Prensa la doctora Patricia Casavalle, responsable del área de nutrición pediátrica del hospital de Clínicas.
Una primaria -prosiguió la profesional-, donde se puede dar bajo el peso con relación a la talla o talla baja en relación con la edad del chico. En casos graves se la llama marasmo y suele ser provocada por una baja situación socioeconómica, con falta de agua potable, mala alimentación, mal nivel de educación familiar. Son chicos que suelen vivir en medios contaminados.
Muchos de estos niños pueden llegar a contagiarse diversas enfermedades porque les bajan las defensas. Y también la desnutrición puede alcanzar su situación más grave cuando los pequeños combinan déficit de talla para la edad y déficit de peso para la talla
Según la médica, en la Argentina la desnutrición que más prevalece es la que deriva en déficit de talla para la edad. También se da que algunos chicos sufren exceso de peso con relación a la talla que presentan.
La desnutrición secundaria se presenta, en tanto, como consecuencia de una enfermedad, como puede ser una cardiopatía o alguna enfermedad neurológica que compromete el estado del paciente, afirmó Casavalle.
La médica pediatra señaló que buena parte de las situaciones más graves, como las que se vieron hace unos años en Tucumán, fueron revirtiéndose gracias a programas alimentarios por los cuales se entregó a las familias carecientes la comida necesaria para llevar a sus casas y alimentar a sus niños.
LA OBESIDAD
El ministro de Salud, Ginés González García, advirtió en ese informe que el mayor problema con relación a la alimentación se vincula más con los casos de sobrepeso y obesidad en los niños.
Nosotros también entendemos que la problemática de la obesidad es en la actualidad un grave problema que afecta no sólo a los chicos del país sino que es considerado una enfermedad que está creciendo a nivel mundial, expresó a La Prensa Paula Pueyrredón, licenciada en nutrición del Centro de Investigaciones sobre Nutrición Infantil (Cesni).
La profesional señaló que el problema se da en todas las clases sociales, y el Ministerio de Salud afirmó que alcanza magnitudes muy fuertes en algunas regiones como la Capital Federal, el conurbano bonaerense y la Patagonia.
En zonas pobres, muchos niños sufren sobrepeso, comentó Pueyrredón, porque basan su alimentación en harinas, dulces como facturas, y mate con bizcochos, especificó.
La especialista dijo que otra variable que afecta la mala alimentación son los hábitos sedentarios. Hoy los chicos se pasan el día mirando televisión o jugando con la computadora. El hecho de que estén todo el día sentados ayuda a que aparezca la obesidad.
Pueyrredón indicó que es fundamental que los padres tomen conciencia sobre esta problemática porque ellos son los responsables de la alimentación infantil.
La nutricionista recomendó, como una forma de acostumbrar a los chicos a comer variado, iniciar su alimentación con la lactancia materna, ya que además de tener nutrientes esenciales, la leche materna suele ir cambiando su sabor. Eso permite al chico ir teniendo un paladar más amplio desde que es bebé.
Pueyrredón también resaltó el hecho de que los chicos coman frutas y verduras. El problema es que los chicos comen muy mal y las madres por falta de tiempo dejaron de cocinar.
Ser obeso desde chico es grave porque le provocará en su juventud y más en su etapa adulta diversas afecciones, como pueden ser diabetes, enfermedades coronarias, hipertensión, problemas ortopédicos y de espalda, advirtió la profesional.
PREOCUPANTE
La doctora Casavalle también coincidió con su colega en que el problema del sobrepeso en chicos y adolescentes está creciendo en forma preocupante. La profesional recordó que la encuesta del Ministerio de Salud hecha poco tiempo atrás mostraba que cerca de un diez por ciento de los menores hasta cinco años mostraba problemas nutricionales de sobrepeso.
La profesional contó que en el hospital de Clínicas cada vez se atienden más chicos que tienen problemas de sobrepeso. Esto lo observamos en chicos de edades bajas y en adolescentes, contó.
Casavalle señaló que es fundamental considerar la obesidad como una enfermedad. No se trata de una cuestión estética sino que el sobrepeso provoca complicaciones a la salud.
La médica indicó que es común ver a chicos con sobrepeso que tienen hipertensión y poseen alteración en los lípidos. Con el tiempo las situaciones pueden agravarse, comentó.
En cuanto a las causas del sobrepeso, la nutricionista también hizo hincapié en los malos hábitos alimentarios. Los chicos suelen comer de una forma que no es la adecuada, sin frutas ni verduras, manifestó.
Otro mal hábito que suele observar en sus consultas es que a los chicos se les suele dar la misma cantidad de comida que ingieren los adultos. Así es como los niños empiezan a comer de más, afirmó.
La falta de actividad física es otra de las variables que atentan contra la buena salud de los menores. En los colegios, como no quieren que se golpeen, a los chicos no los dejan moverse. En la calle no juegan por los robos y luego en la casa están frente a la tele.
Además -agregó-, hacer alguna buena actividad como la natación suele ser cara, y la mayoría de las familias no pueden pagarla. Entonces terminan teniendo una vida muy sedentaria que ayuda a que los chicos engorden.
LA ESCUELA
Casavalle observó, además, que en las escuelas no suelen darse buenos ejemplos a los chicos para que se alimenten bien.
En los quioscos de los colegios por lo general venden panchos, hamburguesas, snacks y dulces. Alimentos de altos contenidos calóricos que suelen ser muy consumidos por los niños, afirmó.
La profesional volvió a mencionar a la escuela y afirmó que puede convertirse en un medio fundamental para enseñar buenos hábitos alimentarios. Así como se usa una estrategia para enseñarles a los chicos a leer y escribir, lo mismo podría hacerse enseñando buenas pautas de alimentación. Eso ya sería un gran avance para que los chicos aprendan a comer en forma sana.
EN ADULTOS
La problemática de la obesidad se da también en los adultos. Al respecto, el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, le recomendó hace pocos días al Ministerio de Salud que se incorpore en el Programa Médico Obligatorio (PMO) la cobertura de técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad y obesidad mórbida, especificando qué condiciones deberán darse para que un paciente sea pasible de acceder a estas prácticas.
La Superintendencia de Servicios de Salud elevó al Ministerio de Salud en abril del 2006 una propuesta de modificación del PMO -en la cual se incluía la cobertura del by-pass gástrico- y tal propuesta fue objeto de estudio. Sin embargo, hasta el presente no se ha resuelto sobre el particular.
Si bien el ministerio lanzó el programa nacional Argentina Camina, destinado a combatir el sedentarismo, la obesidad y otras enfermedades no transmisibles, el Defensor del Pueblo consideró necesario que atienda también la situación de aquellos pacientes con obesidad mórbida a los cuales se les indicó la realización de una cirugía bariátrica, atento a haberse agotado las instancias terapéuticas no quirúrgicas.
Por eso, el ombudsman nacional decidió recomendar a Salud que arbitre los medios y recursos institucionales a su alcance para incorporar en el PMO la cobertura de técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad y obesidad mórbida.
También le requirió establecer cuáles son las técnicas quirúrgicas que se incorporan en el PMO y, además, determinar -conforme criterios médicos e interdisciplinarios consensuados- qué condiciones deberán darse para que un paciente sea pasible de acceder a una práctica quirúrgica.
Según fuentes médicas, la definición de obesidad se realiza aplicando el índice de masa corporal, que es la relación entre el peso dividido el cuadrado de la talla, y se considera obesa a la persona con coeficiente entre 30 y 39,9, y a partir de 40 se considera obesidad mórbida.
Las técnicas quirúrgicas utilizadas más frecuentemente para tratarlas son el by-pass gástrico y la banda gástrica.
Datos que resultan alarmantes
Una encuesta realizada por el Ministerio de Salud de la Nación el año pasado reveló que en la Argentina el sobrepeso y la obesidad afectan al 9,2 por ciento de los menores de entre 6 meses y 5 años inclusive.
Los datos se obtuvieron de la Primera Encuesta Nacional sobre Nutrición y Salud realizada entre octubre de 2004 y julio de 2005. Uno de los resultados más interesantes obtenidos fue que la prevalencia de sobrepeso y obesidad está por encima de los niveles de desnutrición aguda.
El problema está afectando a chicos no sólo de la Argentina, sino de varias partes del mundo. Se han registrado altos índices en países como Estados Unidos, Brasil, Perú, Colombia y China.
La encuesta de nutrición reveló también que se detectaron diferencias del problema de obesidad según las regiones del país. En Capital y el conurbano, el porcentaje de casos de niños de entre 6 meses y 5 años con sobrepeso y obesidad alcanzó más del diez por ciento.
Luego figuran los chicos del resto de la provincia de Buenos Aires y las de Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe (9,4%). En tercer lugar aparecen los niños de las provincias patagónicas y los de La Pampa (8,3%).
En cambio, la región del nordeste -provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones- es la que tiene la prevalencia más baja de sobrepeso y obesidad (4,4 %).
Una de las razones por las que los chicos del conurbano presentan los cuadros de mayor sobrepeso del país, según el estudio, guarda relación con que en esa zona hay gran concentración de hogares con bajos recursos. Las dietas de estos niños incluyen alimentos baratos con muchos hidratos y azúcares.
La ciudad de Laboulaye
es un ejemplo a seguir Mediante la aplicación de un constante programa de seguimiento nutricional, desde que asumió en 2003, la administración municipal que encabeza el intendente de Laboulaye, Carlos Bolgan, ha logrado disminuir un 78% la desnutrición infantil en esta importante ciudad del sur cordobés.
De acuerdo con los datos aportados por la Secretaría de Desarrollo Social y Salud Pública, en la última medición, el índice de niños mal alimentados alcanzó al 4,2% de la población total de pequeños de 0 a 5 años, mientras que hace tres años los problemas nutricionales se repetían en el 18,2% de los niños.
Desde el municipio recordaron que en 2003 se controló a 657 chicos, de los cuales 82 presentaron desnutrición aguda y 38
RODRIGO GONZALEZ FERNANDEZ
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