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Friday, September 02, 2005

Ética y derechos humanos

En la ética contemporánea, los derechos humanos ocupan un lugar de importancia.

Ellos son un conjunto de valores considerados universales y propios de todo ser humano.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos data del 10 de diciembre de 1948.

La misma fue formulada por la Asamblea de las Naciones Unidas y está compuesta por treinta artículos en los que se reconocen internacionalmente un conjunto de valores universales expresados como derechos inalienables de todo hombre. El derecho a la vida, a la educación, al trabajo, a la propiedad individual, a la libertad de pensamiento, de conciencia y de profesar su religión y, además, a no ser torturado ni detenido arbitrariamente, son algunos de los más importantes de ellos.

Si bien la conciencia de los derechos humanos ha crecido desde entonces, lamentablemente también han aumentado las formas de violación de los derechos humanos cercano a todos nosotros. Pero, como ejemplo contrario, debemos señalar la lucha por el reconocimiento y el respeto de estos derechos, realizada por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (A.P.D.H.). Los resultados de esa investigación fueron publicados en un libro titulado "Nunca más".El Prof. José Luis Dell’Ordine en Argentina trata muy bien estos temas y le agradecemos.
Ética y responsabilidad

El Prof. José Luis Dell’Ordine de Banfield, Pcia de Buenos Aires, Argentina, ha efectuado un excelente trabajo en este orden y que nos sirve para abrir un debate en cuanto a la ética médica, opinemos, aportemos ...

A causa del gran avance científico-tecnológico, la ética ha adquirido en nuestra época nuevas dimensiones de responsabilidad . Esta problemática es analizada por Hans Jonas en su obra El Principio de responsabilidades. Este autor sostiene que la ética hasta ahora se aplicaba a la evaluación de la acción con un alcance inmediato. Tenía que ver con el aquí y el ahora, son situaciones concretas de los hombres tanto en la esfera pública como en la privada. La acción u omisión tenía que ver con aquellas personas que rodeaban al autor de un hecho y que se vieron afectadas por su acción. Pero no había responsabilidad por efectos posteriores no previstos.
Hoy el hombre ha ampliado la esfera de su acción, ya que mucho de lo que hace traerá consecuencias para la vida futura de los seres humanos. Estamos hablando del impacto de la ciencia y la tecnología, tanto en el plano de la vida humana como en el de la naturaleza en general. La propuesta consiste en pensar un modelo ético que parta del impacto de la tecnología en la naturaleza, de modo tal que se pueda regular el costo futuro de las acciones.
Porque, como sabemos, la tecnología está impulsada por el progreso constante, se supera a sí misma día a día, y su finalidad es lograr un mayor dominio sobre las cosas. Es un inmenso poder el que se está desplegando. Por esto, Jonas señala que si la esfera de la producción invadió el ámbito de la acción, la moral tendrá que penetrar el ámbito de la producción y concretarse en política públicas. Pensando fundamentalmente que no existen hoy día políticas públicas que legislen con miras al futuro, que tengan como sujeto de la ley a las generaciones futuras.
Este modelo ético para del imperativo categórico Kantiano reformulado de la siguiente manera: "Obra de tal manera que tú quieras que lo que hagas permita seguir manteniendo la vida del planeta". La obligatoriedad estará puesta en que la acción que se realizará debe garantizar la continuidad de la existencia humana. Es importante poner el acento en los efectos que se desprenden de las decisiones que se toman. Esto significa que "no hay derecho a arriesgar la vida de las generaciones futuras a causa del progreso de la actual".
A la ética le interesan el futuro previsible y el futuro remoto, del que también somos responsables. Las políticas públicas debieran estar orientadas a responder también por los intereses de los no nacidos aún y, en este sentido, de los que tienen poder.
Entonces la ampliación de la esfera de la responsabilidad está dada porque la ética hoy nos exige
Responder por un acto del cual se es causa, o por su omisión;
R esponder ante los otros, es decir, por el poder que tenemos sobre los demás
R esponder por el futuro, por los efectos de nuestras acciones a largo plazo, en las generaciones por venir.
Así, este imperativo, a diferencia del Kantiano, abre un horizonte temporal, exige pensar en "un futuro real previsible como dimensión abierta de nuestra responsabilidad".Saludos Rodrigo González Fernández , rogofe47@hotmail.com