(Necesidad de mejor vigilancia, predicción e investigación sobre vulnerabilidades) (1062)
Por Cheryl Pellerin
Redactora del Servicio Noticioso desde Washington
Washington - Ha aumentado el reconocimiento de que existe un vínculo entre el cambio climático y la salud, hecho que ha alentado las iniciativas de los profesionales de salud pública, quienes conforman la primera línea de respuesta, para asegurar que los sistemas de atención de la salud y las poblaciones del mundo estén preparadas para lo peor.
Científicos de todo el mundo coinciden en que el clima está cambiando como consecuencia de la actividad humana, y que el clima afecta las funciones biológicas esenciales para la vida.
El 7 de abril, el lema del Día Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue "Proteger la salud frente al cambio climático". En Estados Unidos, el lema de la Semana Nacional de Salud Pública, que se celebró del 7 al 11 de abril, fue "Cambio climático: nuestra salud en equilibrio". El 9 de abril, una comisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos escuchó las declaraciones de expertos en materia del clima y la salud en torno a este mismo tema. (Véase artículo relacionado ( http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2008&m=April&x=20080407123417PII0.6609308 )).
"El sistema de salud pública será la primera línea de respuesta contra las posibles condiciones de urgencia causadas por el cambio climático", declaró a la Comisión Selecta sobre Dependencia Energética y Calentamiento Mundial de la Cámara el doctor Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Salud Pública (APHA). "Desempeñará también un papel fundamental en informar, educar y facultar al país para que lleve a cabo los cambios necesarios para mitigar el problema".
La APHA, agregó Benjamin, ha tenido una política sobre cambio climático y salud desde 1995.
POLÍTICA ENERGÉTICA EQUIVALE A POLÍTICA DE SALUD
Según la OMS, ya se siente los efectos de las enfermedades susceptibles al clima que matan a millones en todo el mundo. La desnutrición causa más de 3,5 millones de muertes al año, las enfermedades diarreicas causan la muerte de más de 1,8 millones de personas anualmente, y la malaria es la causa de casi un millón de muertes.
Otros acontecimientos recientes anticipan un futuro con un clima alterado: la ola de calor en Europa en 2003 causó la muerte de 70.000 personas; los brotes de fiebre amarilla en África; el huracán Katrina de 2005 mató a 1.800 personas y desplazó a miles; la malaria en los altiplanos de África Oriental; y las epidemias de cólera en Bangladesh.
"El calentamiento mundial difiere de muchas otras amenazas a la salud", indicó el doctor Jonathan Patz, profesor del Departamento de Ciencias de Salud Poblacional y del Instituto Nelson, ambos en la Universidad de Wisconsin, en Madison, "porque, a diferencia de las toxinas o los microbios, el cambio climático afecta múltiples formas de exposición dañina a nuestra salud".
Los cambios de política necesarios para enfrentar este problema, declaró ante la comisión, serán grandes si la nación considera seriamente proteger al público de los efectos del cambio climático.
"La política energética se convierte ahora en lo mismo que la política de salud pública", indicó Patz.
Por ejemplo, la reducción del consumo de combustibles fósiles -en parte, haciendo más práctico que la gente se traslade a pie, en bicicleta o en transporte público, en vez de usar el automóvil-, reducirá la contaminación del aire, mejorará la condición física personal y reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero, al igual que el posterior calentamiento mundial.
"Los retos que plantea el cambio climático exigen urgentemente mejoras en la infraestructura de salud pública, la conservación de la energía y las políticas de planificación urbana", añadió. "Como tal, el cambio climático puede plantear enormes riesgos a la salud y oportunidades directas a través de mejoras en la condición física, reducción de la obesidad y mejoras en la calidad del aire".
PROTECCIÓN DE LA SALUD PÚBLICA
En todo el mundo, funcionarios de salud pública evalúan las medidas vigentes y determinan las necesidades futuras para proteger la salud ante el cambio climático, con un enfoque en mujeres y niños en los países en desarrollo, así como otras poblaciones vulnerables.
Por ejemplo, la OMS y sus socios, entre estos el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas (OMM), están elaborando un plan de trabajo y una estrategia de investigación para obtener mejores valores sobre la escala y la naturaleza de la vulnerabilidad de la salud, y para identificar estrategias y herramientas de protección de la salud, lo cual incluye mejores sistemas de vigilancia y predicción, así como mejores servicios de salud básica.
En Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), encabezan las iniciativas dirigidas a anticipar los efectos del cambio climático en la salud, asegurar de que existan sistemas para detectar y observar los efectos, y tomar las medidas para preparar, responder y controlar los riesgos relacionados.
Los científicos de los CDC ya cuentan con la experiencia necesaria en vigilancia de enfermedades, salud ambiental, sistemas y modelos de información geográfica, así como en planificación y capacitación en preparación, indicó el doctor Howard Frumkin, director del Centro Nacional para la Salud Ambiental y de la Agencia para el Registro de las Enfermedades y Sustancias Tóxicas del CDC. Esta agencia ha identificado las siguientes formas de satisfacer los retos de salud que representa el cambio climático:
. Junto con socios a nivel local y estatal, mejorar los sistemas de vigilancia de las enfermedades que se transmiten a través de los alimentos, el agua, los insectos, las enfermedades zoonóticas (que se pueden transmitir de animales a personas), así como otras enfermedades;
. Desarrollar la capacidad de investigación al aumentar la cantidad de personal experimentado en epidemiología, ecología de enfermedades infecciosas, preparación para casos de desastre, modelos y predicción, climatología y ciencias de la salud y comunicación.
. Apoyar la capacidad de las universidades de investigar los vínculos entre el cambio climático y la salud pública.
. Proporcionar ayuda técnica y de comunicación sobre los efectos del cambio climático en la salud a los profesionales de la salud, agencias de salud locales y estatales, universidades, profesores de ciencia, grupos comunitarios, funcionarios locales y estatales, organizaciones religiosas, la industria y al público.
"Si bien necesitamos hacer más hincapié en la preparación de la salud pública para el cambio climático, muchos de nuestros programas vigentes y experiencia científica, proporcionan una base sólida para seguir adelante", dijo Frumkin a la comisión.
Para más información sobre el cambio climático y la salud, visite los sitios web del CDC ( http://www.cdc.gov/spanish/ ) y de la OMS ( http://www.who.int/globalchange/climate/es/index.html ).
(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/esp)
Saludos
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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