El Concejo de Los Ángeles finalmente asumió su responsabilidad al establecer un marco regulatorio para la venta de marihuana medicinal. Hay cuestiones de implementación que todavía están en el aire, pero por lo menos las despenserías ya no estarán pululando en cada rincón de la ciudad.

Está claro que los votantes aprobaron el uso del cannabis como una alternativa médica y su voluntad debe ser respetada. Sin embargo, en Los Ángeles la ausencia de un liderazgo político local creó un vacío que, junto a tecnicismos legales, permitió la aparición de cientos de negocios que venden marihuana y la circulación de grandes de efectivo sin control alguno. El producto es una droga que hoy está mayormente controlado por mafias, estas no se pueden beneficiar de la laxitud de los autoridades.

Por otra parte, quienes desean y promueven la legalización de la marihuana tienen una iniciativa electoral en circulación para respaldar, y quizás para votar en las urnas si esta goza de suficiente apoyo, pero la Proposición 215 aprobada en 1996 no es el camino.

La resolución aprobada por el Concejo establece límites razonables como la distancia que deben mantener las despenserías de la escuelas, parques y bibliotecas al igual que establece normas operativas para estos centros. Esperamos que la semana que viene los concejales ratifiquen la ordenanza y que pronto se establezca el monto que deben pagar las despenserías por el costo de su supervisión.

Estamos de acuerdo con el presidente del Concejo, Eric Garcetti, en que esta es una "ordenanza viviente", ya que distintos aspectos de la misma se irán moldeando sobre la marcha según las necesidades y exigencias. Lo importante es que por lo menos esté en vía de concretarse para tranquilizar a una comunidad preocupada por la falta de control.