Al principio, ir al psicoterapeuta tenía connotaciones peyorativas: o te faltaba un tornillo o arrastrabas un estigma social. Ahora, por el contrario, parece que ir al psicoterapeuta está de moda. Apuesto a que todos vosotros conocéis a alguien que lo ha hecho.
Pero ¿sirve para algo sentarnos frente a un psicoterapeuta para desgranar nuestras zozobras? A juicio de Rolf Degen, prestigioso psicólogo alemán, no. Más aún: puede llegar a ser peor acudir a terapia que no hacerlo.
A los psicoterapeutas se les tiene por científicos expertos en cuestiones mentales que han recibido formación específica para el diagnóstico y el tratamiento de las neurosis. De hecho, los años de estudios preceptivos fortalecen esta idea: en Alemania, por ejemplo, se admite como psicoterapeuta exclusivamente al licenciado en medicina o en psicología que ha cursado, además, 3 años de especialidad en psicoterapéutica.
Pero ¿sirve de algo toda esta cantidad de años de formación? En el Psychological Bulletin, que es el órgano de referencia del gremio en Estados Unidos, empezaron a publicarse en 1979 tres metaanálisis a gran escala, buscando la comparación entre psicoterapeutas profesionales y simples aficionados al azar que no tuvieran una formación psicológica especial.