RESPONSABILIDAD MEDICA Y 132.000 EUROS DE INDEMNIZACION
132.000 euros por la muerte de una mujer en el quirófano
Una clínica asume su error en una reducción de estómago
PERE RÍOS - Barcelona - 23/02/2008
La muerte se produjo el 17 de octubre de 2006, ocho días después de que fuese intervenida Ángeles Mortera, de 61 años, que pesaba 122 kilos y medía 1,62 metros. "Llevaba mucho tiempo intentando adelgazar y no había manera, hasta que se decidió, porque le fallaban las rodillas y no podíamos salir de viaje", explica su esposo, Juan Manuel Guisasola, de 66 años.
"Desde el principio pensé que los médicos no actuaron bien, porque cuando salió del quirófano ella se quejaba de muchos dolores y creo que no se la atendió como debía", recuerda el viudo. Así se explica que a los dos días de la muerte escribiera en unas páginas todos los detalles de la asistencia médica, "para que no se me olvidara nada". Con esas notas acudió al abogado Rafael Núñez, especializado en casos de imprudencia médica, y presentó una demanda civil por daños y perjuicios con un informe pericial que advertía de la responsabilidad del cirujano.
Antes de que se iniciara la tramitación formal de la demanda en el Juzgado de Primera Instancia número 47 de Barcelona, la aseguradora propuso un acuerdo extrajudicial que se cerró a principios de este mes. El viudo y sus dos hijos, de 31 y 27 años, ya han cobrado y en unos días retirará la demanda.
Otra víctima este año
El cirujano que realizó la intervención es Antonio Alastrué, el mismo que intervino a otra mujer de 48 años que falleció el pasado 25 de enero en el mismo centro en una operación idéntica. Este caso está siendo investigado por la justicia penal.
El director médico de la clínica Sagrada Familia, Josep Llaberia, aseguró ayer que Alastrué "es el segundo o tercer cirujano que realiza más operaciones por obesidad mórbida de Barcelona y, por tanto, corre más riesgo de que se produzcan casos así". También explicó que Alastrué es cirujano de la sanidad pública y que realiza operaciones en diversos centros, que ceden sus instalaciones tras el pago de una elevada cantidad.
"Lo que me dijo Alastrué es que se produjo una perforación del intestino delgado y que el abdomen estaba inundado de ese líquido", recuerda el viudo. "No se trata de meter a nadie en la cárcel, pero lo que no puede ser es que no paguen lo que hicieron. El acuerdo me parece justo, aunque no confiaba en que acabara bien", admite.
El abogado opina que el pacto con la aseguradora de la clínica puede servir de precedente "para que otros ciudadanos se ahorren el peregrinaje judicial". La demanda consideró la llamada "culpa material" del médico, por un defecto en la intervención, y la "culpa virtual por daño desproporcionado", cuyo resultado fue la muerte. La clínica lo ha reconocido.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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