Ya lo dejó claro el PSOE durante la campaña electoral y, más tarde -durante el reciente congreso del partido-, se planteó de manera mucho más abierta. El caso es que parece que la Eutanasia va a entrar de lleno entre los asuntos a tratar -con vistas a que tome cuerpo legal- por el gobierno socialista en la presente legislatura, es de esperar, cuando se disipen los nubarrones de la crisis económica, o quizá mientras. De momento el tema viene caliente en la programación estival de este año en muchas universidades españolas y lo cierto es que está dando mucho que hablar y discutir.
Y quién mejor para abrir el debate que el doctor Montes, el famoso doctor de las sedaciones en el Hospital Severo Ochoa de Madrid (¿mala praxis?). La verdad es que cesado jefe de servicio de urgencias de dicho hospital no ha tardado de encontrar actividad en la que ocupar su tiempo. Ha sido, nada menos, que el director de un concurrido curso de la Menéndez Pelayo en su sede de Santander, el cual, muy a propósito fue titulado 'Muerte digna, asistencia ante la muerte'. Ahí estuvo en la apertura para plantear ante lo medios y la sociedad un debate decidido sobre la Eutanasia y, más allá, una consulta popular al respecto.
No ha pasado una semana para que una universidad vinculada a la iglesia haya cogido el guante para dar su opinión y argumentos sobre este asunto y sobre otros temas cercanos, asuntos, todos ellos, de enorme calado ético como el aborto o la investigación con embriones.
Concretamente, cita tan señalada se ha llevado a cabo en Madrid en la Universidad CEU CardenalHerrera bajo el título 'Conflictos en Bioética'. Varias ponencias y mesas redondas la pasada semana reunieron a Ángela Aparisi Miralles -directora del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Navarra y observadora del Comité de Bioética de la UNESCO-, José Miguel Serrano Ruiz-Calderón-profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Academia Vaticana Pro Vita- César Casimiro Elena -profesor de Bioética del CEU Cardenal Herrera de Elche-. El tema a tratar por estos cuatro prestigiosos docentes fue el de los derechos humanos y los límites que se deben imponer a la investigación desde una perspectiva cristiana.
Los tres expertos basaron la argumentación de la mesa redonda en el concepto de dignidad. Para el profesor Serrano, en la actualidad, "hay un ataque al concepto de dignidad, entendida como principio jurídico referente fundamental para mantener la protección del ser humano y del sistema democrático". "La dignidad es la contraposición al totalitarismo como concepto que defiende a la persona. No se le puede dar otro sentido a la dignidad", afirmó. Por ello, el profesor de la Complutense recordó que, en casos como la eutanasia, "no se puede dejar al Estado y mucho menos a un individuo particular, la potestad de decidir quién es digno y quién no".
Por su parte, la profesora Aparisi explicó que todos los países del mundo se muestran partidarios de defender la dignidad humana, pero no hay una postura común a causa de la 'ideologización' del propio concepto que hace que, al final, "acabe eliminado el sentido de la dignidad". La profesora recordó que "el ser humano es insustituible, los hombres no son fines subjetivos sino objetivos, ya que nuestro valor no se mide sino que valemos por el mero hecho de ser miembros de la raza humana".
La profesora Aparisi aseguró que "el desarrollo actual de la bioética niega la universalidad, un aspecto básico de los derechos humanos". Aparisi sostiene esta afirmación porque en la actualidad "no se considera con los mismos derechos al ser humano en sus etapas débiles".La eutanasia y el aborto "se presentan como medidas progresistas pero en realidad son todo lo contrario, ya que restringen derechos a los más desprotegidos: embriones, minusválidos, ancianos o niños con malformaciones" añadió. Para Aparisi, "ésta es una visión utilitarista de la persona, que exalta la cultura de los derechos humanos pero niega la universalidad de los mismos, por discriminar a los más débiles".
Objeción de conciencia en la rama sanitaria
Carlos Pérez del Valle, en otra mesa redonda, abordó el tema de la objeción de conciencia en la rama sanitaria. Este Catedrático de Derecho Penal de la Universitat Abat Oliba CEU puso en tela de juicio la constitucionalidad de la ley de plazos dado que este sistema que permite el aborto libre durante las primeras semanas de gestación, "no reconoce el derecho a la vida del feto" y, por lo tanto, es anticonstitucional en virtud del artículo 15 de la Constitución por el que se reconoce que "todos tienen derecho a la vida".
La mesa redonda estuvo dirigida por el profesor de Bioética y Filosofía Moral del CEU Cardenal Herrera Aquilino Cayuela. Cayuela destacó que el republicanismo cívico inspirado por Philip Petit, sobre el que se basa el fundamento ideológico del actual gobierno socialista, "se enfrenta al concepto democrático-liberal de libertad, que implica la no injerencia del Estado y su gobierno en la vida de los ciudadanos". Para el republicanismo cívico, explicó Cayuela, "la libertad consiste en que nadie sea dominado por otro arbitrariamente, hecho que da pie a la injerencia por parte de la comunidad política, del gobierno, en los ámbitos propios de la sociedad civil". El profesor del CEU Cardenal Herrera ha calificado de "inquietante" la declaración de intenciones del PSOE en su congreso de la pasada semana, de intervenir en asuntos como la libertad religiosa o el paso de una despenalización del aborto en ciertos supuestos, a una ley de plazos.
En la mesa redonda participó también el doctor José Hernández Yago, jefe del laboratorio de Organización Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe. En declaraciones de Hernández Yago, "la objeción es el instrumento de los ciudadanos para garantizar sus derechos frente a la intromisión del Estado en la esfera de su vida privada. Si el Estado no invadiera estas áreas individuales, la objeción no sería necesaria". Y ha añadido que "la objeción de conciencia puede no llegar a tener sentido cuando la sociedad completa está dirigida hacia una conciencia única de carácter mayoritario, sin tener en cuenta a las minorías".
Pérez del Valle coincidió con su compañero de mesa y añadió que "esa intromisión se da también en el campo de la Medicina". Ante situaciones en que se plantea la objeción de conciencia, el profesor defendió que el Estado tiene la obligación de prever alternativas, y así "se debe dar opciones a los profesionales que no desean realizar abortos, sin que ello afecte a sus puestos de trabajo". Por otra parte, a la hora de plantear la posibilidad de realizar un aborto, el catedrático en Derecho Penal afirmó que "en algunos casos, no existe un nivel de información suficiente para la madre, se le da información sesgada o de una manera inadecuada por parte del profesional".
Sobre la investigación y los conceptos de pre-embrión en Biomedicina, el doctor Hernández Yago afirmó que "es una falacia hablar de pre-embrión, ya que es un término inventado para quitarle entidad humana a los que es un ser humano desde la primera célula resultante de la fecundación". Hernández Yago precisó que antes de 1990 no existía en la literatura médica el término pre-embrión, "una palabra inventada para justificar determinadas prácticas sobre el concebido no nacido, en sus primeros catorce días de vida".