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Monday, April 13, 2009

=?iso-8859-1?Q?[Posible SPAM]=20?= ¿Cuál es la globalización que sobrevivirá?

¿Cuál es la globalización que sobrevivirá?

Por Joseph S. Nye, Jr. - Periodista Invitado - 13/04/2009

 

CAM­BRID­GE – Es­te año la eco­no­mía mun­dial se con­trae­rá por pri­me­ra vez des­de 1945, y a al­gu­nos eco­no­mis­tas les preo­cu­pa que la cri­sis ac­tual pu­die­ra sig­ni­fi­car el prin­ci­pio del fin de la glo­ba­li­za­ción. Las épo­cas de di­fi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas y el pro­tec­cio­nis­mo van de la ma­no, pues­to que ca­da país cul­pa a los de­más y pro­te­ge sus em­pleos in­ter­nos. En los años 30, esas po­lí­ti­cas de "em­po­bre­cer al ve­ci­no" em­peo­ra­ron la si­tua­ción. A me­nos que los lí­de­res se re­sis­tan a apli­car esas res­pues­tas, el pa­sa­do po­dría con­ver­tir­se en el fu­tu­ro.


Iró­ni­ca­men­te, sin em­bar­go, esa pers­pec­ti­va tan som­bría no sig­ni­fi­ca­ría el fin de la glo­ba­li­za­ción de­fi­ni­da co­mo un au­men­to de las re­des mun­dia­les de in­ter­de­pen­den­cia. La glo­ba­li­za­ción tie­ne va­rias di­men­sio­nes y, aun­que los eco­no­mis­tas a me­nu­do se re­fie­ren a ella y a la eco­no­mía mun­dial co­mo si fue­ran la mis­ma co­sa, otras for­mas de la glo­ba­li­za­ción tam­bién tie­nen efec­tos sig­ni­fi­ca­ti­vos –no to­dos be­né­fi­cos– en nues­tra vi­da co­ti­dia­na.


La ma­ni­fes­ta­ción más an­ti­gua de la glo­ba­li­za­ción fue am­bien­tal. Por ejem­plo, la pri­me­ra epi­de­mia de vi­rue­la se re­gis­tró en Egip­to en 1350 a.C. Lle­gó a Chi­na en 49 d.C., a Eu­ro­pa des­pués de 700, a las Amé­ri­cas en 1520 y a Aus­tra­lia en 1789. La pes­te bu­bó­ni­ca, o pes­te ne­gra, se ori­gi­nó en Asia, pe­ro al pro­pa­gar­se ma­tó a en­tre un cuar­to y un ter­cio de la po­bla­ción de Eu­ro­pa en el si­glo XIV.


En los si­glos XV y XVI los eu­ro­peos lle­va­ron en­fer­me­da­des a las Amé­ri­cas que des­tru­ye­ron al 95% de la po­bla­ción na­ti­va. En 1918, una pan­de­mia de gri­pe cau­sa­da por un vi­rus de las aves aca­bó con la vi­da de 40 mi­llo­nes de per­so­nas en to­do el mun­do, mu­cho más que las que ha­bían muer­to en la gue­rra mun­dial que aca­ba­ba de ter­mi­nar. Ac­tual­men­te al­gu­nos cien­tí­fi­cos pre­di­cen que se re­pe­ti­rá la pan­de­mia de gri­pe aviar.


Des­de 1973 han sur­gi­do 30 en­fer­me­da­des con­ta­gio­sas que se des­co­no­cían y otras, más fa­mi­lia­res, se han pro­pa­ga­do geo­grá­fi­ca­men­te con nue­vas for­mas re­sis­ten­tes a los me­di­ca­men­tos. En los 20 años pos­te­rio­res a la iden­ti­fi­ca­ción del VIH­/SI­DA en los años 80 han muer­to 20 mi­llo­nes de per­so­nas y 40 mi­llo­nes más es­tán in­fec­ta­das en to­do el mun­do. Al­gu­nos ex­per­tos pre­vén que esa ci­fra se du­pli­ca­rá pa­ra 2010. La pro­pa­ga­ción de es­pe­cies fo­rá­neas de flo­ra y fau­na a nue­vas zo­nas ha ani­qui­la­do a las es­pe­cies na­ti­vas y po­dría pro­vo­car pér­di­das eco­nó­mi­cas de va­rios mi­les de mi­llo­nes de dó­la­res al año.


El cam­bio cli­má­ti­co glo­bal afec­ta­rá la vi­da de to­do el mun­do. Mi­les de cien­tí­fi­cos de más de 100 paí­ses in­for­ma­ron re­cien­te­men­te que hay evi­den­cias nue­vas y só­li­das de que la ma­yor par­te del ca­len­ta­mien­to ob­ser­va­do en los úl­ti­mos 50 años es atri­bui­ble a las ac­ti­vi­da­des hu­ma­nas, y se pre­vé que las tem­pe­ra­tu­ras pro­me­dio a ni­vel glo­bal au­men­ten en­tre 1,3 y 5,5 gra­dos cen­tí­gra­dos en el si­glo XXI. El re­sul­ta­do po­dría ser una va­ria­ción más se­ve­ra del cli­ma con de­ma­sia­da agua en al­gu­nas re­gio­nes y es­ca­sez en otras.


En­tre los efec­tos ha­brá tor­men­tas y hu­ra­ca­nes más fuer­tes, inun­da­cio­nes, se­quías más pro­lon­ga­das y más des­pren­di­mien­tos de tie­rras. En mu­chas re­gio­nes el au­men­to de la tem­pe­ra­tu­ra ha alar­ga­do la es­ta­ción de des­hie­lo y los gla­cia­res se es­tán de­rri­tien­do. El rit­mo al que su­bió el ni­vel del mar en el úl­ti­mo si­glo fue 10 ve­ces más rá­pi­do que el pro­me­dio de los úl­ti­mos tres mi­le­nios.


Tam­bién es­tá la glo­ba­li­za­ción mi­li­tar, que con­sis­te en las re­des de in­ter­de­pen­den­cia en las que se uti­li­za la fuer­za o la ame­na­za del uso de la fuer­za. Las gue­rras mun­dia­les del si­glo XX son un ejem­plo. La an­te­rior era de glo­ba­li­za­ción eco­nó­mi­ca lle­gó a su cús­pi­de en 1914 y las dos gue­rras mun­dia­les sig­ni­fi­ca­ron un re­tra­so. Pe­ro si bien la in­te­gra­ción eco­nó­mi­ca glo­bal no re­cu­pe­ró el ni­vel que te­nía en 1914 has­ta me­dio si­glo des­pués, la glo­ba­li­za­ción mi­li­tar cre­ció a me­di­da que la eco­nó­mi­ca se con­traía.


Du­ran­te la Gue­rra Fría, la in­ter­de­pen­den­cia es­tra­té­gi­ca glo­bal en­tre Es­ta­dos Uni­dos y la Unión So­vié­ti­ca fue agu­da y cla­ra. No só­lo pro­du­jo alian­zas que abar­ca­ban to­do el mun­do si­no que cual­quie­ra de los ban­dos pu­do ha­ber uti­li­za­do mi­si­les in­ter­con­ti­nen­ta­les pa­ra des­truir al otro en me­nos de 30 mi­nu­tos.


Es­te fue un ras­go dis­tin­ti­vo no por­que fue­ra to­tal­men­te nue­vo, si­no por­que la mag­ni­tud y la ve­lo­ci­dad de un po­ten­cial con­flic­to de­ri­va­do de la in­ter­de­pen­den­cia mi­li­tar eran enor­mes. Ac­tual­men­te, Al Qae­da y otros ac­to­res trans­na­cio­na­les han for­ma­do re­des glo­ba­les de agen­tes y de­sa­fían los en­fo­ques con­ven­cio­na­les de la de­fen­sa na­cio­nal me­dian­te lo que se ha da­do en lla­mar la "gue­rra asi­mé­tri­ca".


Por úl­ti­mo, la glo­ba­li­za­ción so­cial con­sis­te en la pro­pa­ga­ción de pue­blos, cul­tu­ras, imá­ge­nes e ideas. La mi­gra­ción es un ejem­plo con­cre­to. En el si­glo XIX, al­re­de­dor de 80 mi­llo­nes de per­so­nas atra­ve­sa­ron los océa­nos pa­ra bus­car un nue­vo ho­gar –mu­chas más que en el si­glo XX. Al ini­cio del si­glo XXI, 32 mi­llo­nes de los re­si­den­tes en Es­ta­dos Uni­dos (el 11.5% de la po­bla­ción) ha­bían na­ci­do en el ex­tran­je­ro. Ade­más, apro­xi­ma­da­men­te 30 mi­llo­nes de per­so­nas (es­tu­dian­tes, em­pre­sa­rios, tu­ris­tas) en­tran ca­da año al país.


Las ideas son un as­pec­to igual­men­te im­por­tan­te de la glo­ba­li­za­ción so­cial. La tec­no­lo­gía ha­ce que la mo­vi­li­dad fí­si­ca sea más fá­cil, pe­ro las reac­cio­nes po­lí­ti­cas lo­ca­les con­tra los in­mi­gran­tes ya es­ta­ban cre­cien­do aun an­tes de la ac­tual cri­sis eco­nó­mi­ca.
El pe­li­gro ac­tual­men­te es que las reac­cio­nes pro­tec­cio­nis­tas mio­pes a la cri­sis eco­nó­mi­ca po­drían con­tri­buir a as­fi­xiar la glo­ba­li­za­ción eco­nó­mi­ca que ha dis­tri­bui­do cre­ci­mien­to y ha sa­ca­do de la po­bre­za a mi­llo­nes de per­so­nas en el úl­ti­mo me­dio si­glo. Pe­ro el pro­tec­cio­nis­mo no fre­na­rá las de­más for­mas de glo­ba­li­za­ción.


La tec­no­lo­gía mo­der­na sig­ni­fi­ca que los pa­tó­ge­nos via­jan más fá­cil­men­te que en pe­río­dos an­te­rio­res. Las fa­ci­li­da­des pa­ra via­jar au­na­das a los tiem­pos de di­fi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas im­pli­can que las ta­sas de mi­gra­ción po­drían ace­le­rar­se has­ta el pun­to de que las fric­cio­nes so­cia­les su­pe­ren el be­ne­fi­cio eco­nó­mi­co ge­ne­ral. De ma­ne­ra si­mi­lar, las di­fi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas pue­den em­peo­rar las re­la­cio­nes en­tre go­bier­nos y los con­flic­tos in­ter­nos que po­drían lle­gar a la vio­len­cia.


Al mis­mo tiem­po, los te­rro­ris­tas trans­na­cio­na­les se­gui­rán be­ne­fi­cián­do­se de la tec­no­lo­gía de la in­for­ma­ción mo­der­na co­mo In­ter­net. Y si bien la ac­ti­vi­dad eco­nó­mi­ca de­pri­mi­da pue­de de­sa­ce­le­rar en cier­ta me­di­da el rit­mo de con­cen­tra­ción de ga­ses de efec­to in­ver­na­de­ro en la at­mós­fe­ra, tam­bién de­sa­ce­le­ra­rá el ti­po de pro­gra­mas cos­to­sos que los go­bier­nos de­ben apli­car pa­ra abor­dar las emi­sio­nes que ya exis­ten.


Así pues, a me­nos que los go­bier­nos coo­pe­ren pa­ra es­ti­mu­lar sus eco­no­mías y se re­sis­tan al pro­tec­cio­nis­mo, el mun­do po­dría en­con­trar­se con que la cri­sis eco­nó­mi­ca ac­tual no sig­ni­fi­ca el fin de la glo­ba­li­za­ción si­no só­lo de la del ti­po po­si­ti­vo, con lo que que­da­ría­mos en la peor de las si­tua­cio­nes po­si­bles.

El au­tor es pro­fe­sor en Har­vard, re­cien­te­men­te fue ca­li­fi­ca­do co­mo uno de los aca­dé­mi­cos más in­flu­yen­tes de los úl­ti­mos 20 años por otros aca­dé­mi­cos del cam­po de las re­la­cio­nes in­ter­na­cio­na­les.


Copy­right: Pro­ject Syn­di­ca­te y LOS TIEM­POS, 2009.
www­.pro­ject-syn­di­ca­te.org
Tra­duc­ción de Ke­na Ne­quiz


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Rodrigo González Fernández
Diplomado en RSE de la ONU
 
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