El fumar está comprobado que no produce ningún beneficio, por el contrario, es un precursor que induce al consumo de drogas como la marihuana, es también un estímulo al consumo de alcohol.
En recientes estudios hechos por la Universidad de Chile a través de su Facultad de Medicina; es decir, con áreas para fumadores y no fumadores, los residuos de nicotina y demás derivados tóxicos del tabaco son 3.24% más que en lugares donde no se permite fumar. Esta Universidad, en estudio de la Escuela de Salud Pública, realizado por la doctora Verónica Iglesias y colegas, han encontrado que el personal que trabaja en ambientes donde se permite fumar tienen en su organismo diez veces más presencia de compuestos derivados del humo del tabaco que aquellos que trabajan en lugares libres de este grave contaminante a la salud.
Los estudios de laboratorio realizados a estos seres humanos evidenciaron que la concentración de nicotina en orina era de 40 nanogramos por milímetro y en personas que laboraban en lugares mixtos era de 13.5 nanogramos por milímetro. Por el contrario, quienes laboraban en lugares donde no se permitía fumar, la concentración solo llegaba a cuatro nanogramos por milímetro. Es decir, inferior en todo sentido para quienes no eran fumadores o no laboraban en lugares contaminantes.
El tabaco, la nicotina es tan negativa que contiene cuatro mil productos tóxicos, diez de los cuales son cancerígenos de forma comprobada. Un lugar donde se ha fumado requiere 15 días para descontaminarse, es por ello que cuando se asiste a una reunión donde hay personas que fuman al retirarnos de la misma sentimos la impregnación de tabaco y nicotina en nuestra ropa, en la piel, en el cabello y aunque lleguemos a nuestro hogar y dejemos en un lugar donde se ventile la ropa, nos bañemos y lavemos el cabello, la contaminación a la que hemos estado expuestos persiste.
En países como Chile la ley que regula y controla el tabaco es mucho más estricta que la que rige en Guatemala y si bien por fin el Congreso de la República ha restituido parcialmente el Impuesto al Tabaco que durante meses estuvo sin aplicarse, esto no es suficiente. De qué nos sirve que los adictos a fumar paguen por poder hacerlo si ello implica que están envenenando a nuestros hijos y a los ciudadanos en general.
¿Acaso como ciudadanos responsables no deberíamos requerir que se prohibiera fumar en todo local cerrado y a cien metros de distancia de cualquier escuela o universidad? Eduquemos a nuestros hijos para que exijan sus derechos, para que señalen y denuncien a quienes no respetan su salud, impongamos multas e inclusive penas de servicio social o de detención a quienes llevados por el vicio, la adicción al tabaco y la nicotina ponen en riesgo la salud de todos los seres humanos.
De qué sirve que una persona se bañe, se acicale, se engalane en el vestir, se maquille y perfume si al fumar neutraliza todo ello y tristemente apesta, además de ser una persona más propicia a consumir alcohol y drogas. Suficientes contaminantes tenemos con la quema y uso de derivados de petróleo, la quema de productos vegetales y también de minerales fósiles.
Los medios de comunicación social, las universidades, las facultades de Medicina, la sociedad civil deberían realizar una campaña, una serie de investigaciones que evidencien el grave daño que el tabaco y las industrias que se dedican a esa producción han realizado en el mundo y pretenden continuar realizando.
La nueva legislatura, las comisiones de Salud y Medio Ambiente deben urgentemente legislar contra el tabaco. "Quienes no fuman, sus familias y todos tenemos derecho a respirar aire puro" en todo lugar.
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