A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, los avances en la ciencia, y sobre todo en la tecnología han puesto al hombre, por primera vez en su historia, en una situación original. Como señala C.S. Lewis en The Abolition of Man la conquista de la Naturaleza por parte del hombre puede acabar convirtiéndose en la conquista del hombre presente sobre el no nacido aún. Y lo que es más, sobre todas las generaciones futuras. En el texto que nos ocupa vemos ejemplificada de manera muy clara la doble idea que subyace a toda la colección Textos de bioética. Por un lado, arrojar sobre el problema una luz interdisciplinar, que no esté sesgada por visiones parciales de la realidad. Respuestas…, como los demás Textos de Bioética de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, está imbuido de un profundo espíritu humanista cristiano. No pretende describir a un hombre parcelado sino a una persona. Así, los autores no sólo se centrarán en aquello que en el hombre es medible, sino que lo considerarán cuerpo, mente y espíritu. Esta es, paradójicamente y pese a lo que se ha afirmado desde el alumbramiento del racionalismo, la única aproximación verdaderamente realista al ser humano como tal. Sólo podemos hablar de auténtico realismo cuando no nos restringimos epistemológicamente para percibir lo mensurable. Una actitud realista implica estar abierto al fenómeno humano en cualesquiera que sean sus manifestaciones; sean estas inmanentes o transcendentes. Por otro lado, el texto es una obra científica que cumple con todos los estándares del género. Lo que lo hace verdaderamente interesante es que además está escrito sin olvidar nunca la luz del magisterio de la Iglesia. Tanto S.S. Juan Pablo II como S.S. Benedicto XVI han visto en la casuística de la Bioética un terreno en el que la Moral Cristiana, como representante de una antropología, tenía algo que decir. Ambos han animado a los científicos e investigadores cristianos a reflexionar sobre los puntos clave de esta materia que, en el fondo, son los momentos clave de la existencia humana: El nacimiento, la reproducción, la muerte &c. Son los momentos en los que más fuertemente podemos humanizarnos, y también separarnos de lo que nos hace verdaderamente humanos. Así Respuestas…, está concebido de una manera circular en la que todo empieza y termina con la luz del magisterio de la Iglesia Católica. El investigador y el profesional de la filosofía siempre se sienten cómodos en el ámbito de la reflexión teórica, de las preguntas; del juego intelectual. Sin embargo este libro se titulaRespuestas… La racionalidad práctica exige un compromiso con la realidad que reviste siempre una urgencia temporal. Las indicaciones de los dos últimos Papas van orientadas precisamente en esa dirección. No sólo debemos investigar y producir teorías, debemos arrojar respuestas que nos sitúen en el ámbito de la acción. Sin embargo, la urgencia de esas respuestas, dada la naturaleza de lo tratado, no puede ser óbice para que sean construidas sobre precario. El libro está dividido en diez capítulos con unidad temática. El primero de ellos es «La Iglesia, luz para la bioética», Monseñor José Mazuelos comienza planteando la propia necesidad de una bioética dentro de una concepción cristiana como un deber eclesial; como efecto del amor a la justicia y el amor al hombre. Tanto en el orden antropológico y ontológico como en el moral la tradición y el magisterio de la Iglesia Católica tienen mucho que aportar. En esos tres ámbitos los pensadores cristianos han hecho un gran aporte racional sustentado en los pilares de la Fe y han sido siempre los garantes de la idea de que existe una ley natural que se antepone a cualquier formalización positiva posterior. En «La falacia del preembrión» el Dr. Modesto Ferrer denuncia una labor de ingeniería del lenguaje que se ha venido realizando desde finales de los años 60. La intención es justificar moralmente la ausencia de dignidad intrínseca del ser humano antes del día 14 de la gestación. El término "preembrión" ha terminado imponiéndose desde los años 90, sobre todo en los ambientes divulgativos. La única función del término es la de justificar a posteriori la investigación científica en las primeras etapas de formación del individuo antes de la aparición de la línea primitiva. Es interesante considerar cómo la comunidad científica puede crear opinión pública a través de la acuñación de términos con referente dudoso. La simple adición de un prefijo transmite, sin tener que detenerse a justificarla, la idea de que el objeto de experimentación no es una persona y que, por lo tanto, cualquier duda moral puede ser aplazada u olvidada. «Retos y carencias de la FIV ante los embriones congelados» es un artículo minucioso y ordenado que expone un problema que suele pasar desapercibido en las cuestiones de bioética. En efecto, en general se considera que el deseo de reproducción y la búsqueda de descendencia son intenciones legítimas y que no implican graves problemas morales. En él, el Dr. Roberto Germán analiza una doble problemática moral y sus consecuencias. Por un lado existe el problema de los embriones "sobrantes", si ese término pude aplicarse al ser humano. Como señala el Dr. Germán estos embriones acaban siendo destruidos, donados para la reproducción de otras parejas o donados a la investigación. Por otro lado, el mero uso de la FIV constituye una cosificación de la reproducción humana y del individuo resultante, que se convierte en un objeto que puede ser intervenido desde fuera y de manera técnica. El hombre se produce, más que reproducirse y se convierte en un elemento más de la técnica. «Un examen de humanidad a la llamada Ley del Aborto» y «Aborto y salud mental» de Monseñor José Mazuelos y Eustasio Pérez, respectivamente afrontan el problema desde dos perspectivas distintas. El primero de ellos recoge los problemas teóricos y morales, sobre todo centrados en la última Ley de 2010 a la luz del Magisterio. El segundo de ellos se analiza cómo los procedimientos de aborto pueden resultar en patologías psíquicas para la madre similares a las del Estrés Post Traumático. Actúa como complemento perfecto del primero, mostrando que la ley natural no sólo tiene implicaciones teóricas sino derivaciones y consecuencias prácticas. En «La corporalidad humana» la Dra. Tomás se centra en destacar la importancia de una visión comprensiva de la persona desde sus dimensiones corporal y espiritual. Contrapone las visiones clásicas dadas por el materialismo y el dualismo a una visión de unidad sustancial que recoja la realidad corporal y la espiritual en una integración no subordinada. Tras esto, la autora ofrece cómo es articulable esa unidad sustancial de cuerpo y alma desde ciencias como la Biología molecular, la Anatomía y Fisiología, la Psicología, la Filosofía y la Teología. Se trata pues de una reconciliación con la corporeidad que no la considere un obstáculo, sino un momento clave para entender al hombre. El Dr. Sánchez- Migallón analiza el surgimiento, desarrollo y problemática de la ética nacida a la luz de las nuevas neurociencias en «La ambigüedad de la neuroética». Se trata de comprobar cuáles son las implicaciones éticas de nuestro avance en el conocimiento de las bases neuro-biológicas de la conducta humana. Un buen análisis de estos nuevos conocimientos es vital para evitar que nos arrastren a determinismos o a un reduccionismo neurocientífico. «El hombre ante el sufrimiento y la muerte» del Dr. Cerdá-Olmedo plantea la importancia de la muerte y el sufrimiento como elementos fundamentales de la vida humana. El artículo propone enfrentarse los últimos momentos de la existencia humana sin buscar atajos, considerando que esos momentos son una parte de la existencia muy relacionada con la búsqueda de sentido. Es necesario valorizarlos, comprenderlos y situarse ante ellos, no desde una visión utilitarista, sino desde la misericordia. La coordinadora de la obra, la Dra. Gloria Tomás escribe un interesantísimo artículo sobre una cuestión que, si bien en la tradición etico-filosófica ha tenido un gran calado, ha sido abandonado en los últimos años. « ¿Dónde está el amigo que busco?» retoma el tema clásico de la amistad que tanto había ocupado a Aristóteles. La amistad es, como señala la Dra. Tomás, la expresión de nuestra forma de ser relacional. La amistad responde a una necesidad impuesta por la ley natural; a que amamos porque captamos la verdad de las cosas. Sólo concibiendo de esta manera al hombre podremos alcanzar verdad sobre las cuestiones del desarrollo técnico y científico. «La Bioética en el magisterio de Benedicto XVI» del Dr. Ferrer es el colofón que cierra el círculo de este conjunto de artículos alrededor de las palabras de Benedicto XVI a través de tres claves. La centralidad del amor en la existencia humana como medio de apertura hacia el verdadero desarrollo. La razón natural como clave de la búsqueda de la verdad y como reconocimiento de que esta es algo que no es externo, no creado por nosotros. En tercer lugar, la ley natural como algo que dimana de la razón natural y que nos da el nexo de unión entre lo que somos y cómo debemos dirigir nuestra vida. En suma, nos encontramos ante un texto que recoge de manera brillante las cuestiones más acuciantes de la ética aplicada contemporánea. Una herramienta que puede proporcionar una visión panorámica de la bioética contemporánea de una manera holística tanto al lego como al investigador especialista. Álvaro Berrocal Sarnelli profesor de Ética Fundamental y Humanidades en la Universidad Católica San Antonio de Murcia. |
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