Es un placer intenso. Un estremecimiento que comienza en la cabeza y termina en los pies. Una inyección de placer. Calor. Un toque de electricidad avanza por la espina dorsal. La espalda se arquea. Un cosquilleo en la guata. Un viaje que termina con la eyaculación femenina y la explosión de un líquido blanquecino. Nada sacia el impulso. Después de un orgasmo estimulado en el punto G, siempre se quiere más.
Lo que siempre se ha sabido del punto G o de Grafenberg es que es una zona rugosa en la entrada de la vagina, que permitiría tener un orgasmo sin estimular necesariamente el clítoris. Y la última noticia sobre esta zona es que el doctor Emmanuele Jannini, de la Universidad italiana de L'Aquila, hizo un estudio con más de 20 mujeres para entregar más antecedentes sobre la ruta al "orgasmo vaginal". Mediante ultrasonido (como en una ecografía transvaginal), concluyó que el punto G es el tejido grueso ubicado entre la vagina y la uretra. Aunque halló otra mitad de mujeres que se excita cuando el pene choca contra un lado del cuello del útero. El debate es imparable, y parece una verdadera obsesión entre los hombres. LND le preguntó a chilenas famosas sobre este punto y otros secretos del sexo. La mayoría de las protagonistas opina que no hay un único punto de placer. La conclusión: no hay nada como el preámbulo, el punto G puede estar en todo el cuerpo y la autoexploración puede ser una buena brújula. LND
Andrea Hoffmann: "Mi punto G es un conjunto de cosas"
"La obsesión por el punto G guarda relación con que los hombres están un poco desorientados frente a la liberación y determinación de las mujeres por querer disfrutar su sexualidad. No saben cómo complacernos o qué queremos. A veces ni nosotras lo sabemos. Las mujeres somos distintas, y no me cabe duda que el centro del placer femenino es muy personal. Una buena experiencia sexual está en el autoconocimiento, en saber lo que nos gusta y lo que no, en elegir al hombre que se merece nuestra compañía. El buen sexo se tiene ensayando, y ensayando, como en la danza.
Respecto a la autoexploración, creo que ésta ha dejado de ser tabú, hay que enfrentarla como tema; de hecho, como madres ya tenemos que hablar a nuestras hijas de forma muy distinta, menos culposa y más abierta.
Mi punto G es un conjunto de cosas, creo que las piezas no se venden por separado. Mi punto G es un hombre atractivo, una buena conversación, un lugar agradable y un buen vino".
Tatiana Merino: "Se siente como un estallido"
"El punto G es una gran terminación nerviosa, de ahí que al encontrarlo uno siente que vuela o explota. Pero también creo que hay otras zonas erógenas que se tienen que preparar antes, con eso el punto G estará a punto de la descarga. Para que las chilenas tengan buen sexo les recomiendo sacarse las trancas sobre su cuerpo. Pueden estar en la cama entregándose a sus parejas, pero siempre están pensando en que se les ve la guata o en que se ven gordas. Los rollos están en la cabeza, no en el cuerpo. Hay que jugar, manejar y ser manejada, disfrutar.
Respecto a la masturbación femenina, siempre aconsejo a las alumnas de mi taller que si no conocen sus zonas erógenas es muy difícil que puedan comunicarse con sus parejas y saber lo que les gusta. Hay que tratar que el tema no se quede en la oscuridad, e incluso se puede autoexplorar con la pareja, y allí jugar los dos.
Sí he comprobado la existencia del punto G y se diferencia de los otros orgasmos porque es una especie de estallido por dentro que te deja ahhh, muy relajada. Se parece al orgasmo del hombre... Bueno, si lo pensamos bien, nuestro clítoris es un pene atrofiado. Pero también si una zona erógena se toca con delicadeza, con tacto, se pueden conseguir grandes resultados".
Vanessa Miller: "Prefiero el clímax prófugo al punto G"
"Nada de punto G, creo que está muy bien acumular puntos, después los puedes canjear por premios... Eso me proporciona un inmenso placer. Creo que hoy con el advenimiento del cibersexo, más que el punto G, se usa el punto com. Estoy casi segura que el punto que inspira la nota y yo nos hemos encontrado en más de una oportunidad, pero no fue siempre en el mismo sitio. Esta situación no me parece nada mal; de hecho, prefiero un clímax prófugo e insurrecto, así es más interesante, como una inesperada aparición, como el final fijo de la búsqueda del tesoro. En realidad, el misterio y la intimidad son tesoros que me resultan bastante afrodisíacos.
Siempre me intriga esto de la búsqueda del punto G, incluso he estudiado al respecto, claro, con clases algo "informales". Gracias a ellas me he enterado que fue la mujer de Aristóteles quien se pronunció sobre el punto G. Mi consejo es desmonopolizar el punto G y su imperio del placer y acumular puntos como si fueran millas voladas a distintos parajes del planeta, punto G, punto J, puntito rojo para darle aire a lo que está demasiado cargado, punto aparte con lo que no va más, punto suspensivo para permitirse recuperar el deseo, punto com para ser una amante virtual. Todos pueden ser divertidos".
Antonella Ríos: "Mi cuerpo completo es un punto G"
"Creo que el punto G no es un lugar, sino muchos lugares físicos, un estado de explosión. Es cuando entras en la dimensión desconocida y te conviertes en todo un ser sensible a cualquier estímulo. Todo te provoca desde la atmósfera: lo que ves, oyes y hueles. No sabía que era una obsesión masculina, pero creo que también es femenina, que va de la mano con eso de las mujeres multiorgásmicas. Siento que el punto G tiene y debe ser guiado por algo 'Grande', de ahí la letra G. Respecto a si tengo un punto G, creo que mi cuerpo completo es una letra G; en mi humilde opinión, creo que el preámbulo es y será la antesala al goce profundo. Respecto a la masturbación, pienso que nos autoexploramos, y no necesariamente solas, también para generar algo en el otro, aunque sigue siendo un tema tabú y exclusivo de los adolescentes ganosos. En conversaciones me he dado cuenta que las mujeres lo hacen sólo cuando están faltas de sexo, o para estimular al susodicho".
Teresita Reyes: "Todo depende del preámbulo"
"No creo que haya una obsesión por el punto G, porque si fuera realmente así las mujeres chilenas reflejaríamos una vida sexual más plena. Tampoco creo que el punto G exista en un lugar determinado, algunas son poco creíbles.
¿El buen sexo? Depende de un estupendo y largo preámbulo, después de eso da lo mismo la postura y el punto G. Creo que las mujeres tenemos derecho a autosatisfacernos, ocupando todo lo que haya en el mercado y sin culpas. Con ganas de aprender y dependiendo de la habilidad de la pareja, todo el cuerpo puede ser un punto G"
María Laura Donoso: "Los hombres tienen que tomarse su tiempo"
"Para la mujer, el punto G no está en una sola zona. A veces, a los hombres se les olvida que somos lentas, más pausadas, nuestros tiempos son distintos, las chilenas tenemos esas ganas escondidas. Respecto a la masturbación, sigue siendo un tema tabú, que a veces no se toca ni con las amigas porque pueden juzgarte de mala manera. Lo miran como 'pobre mina, está loca, es una degenerada'. No es tema de la mujer chilena.
Sobre mi punto G lo ignoro, pero sé qué estilo prefiero en la intimidad: me gustan los hombres con un trato suave, me carga la agresividad del hombre que ve mucho porno y cree que tiene que nalguearte para que te excites. Me vuelve loca un hombre romántico y fino. Mi punto G podría ser el cuello, es mi parte favorita. Si me besan el cuello me vuelvo loca".
Shlomith Baytelman: "La masturbación es saludable"
"Todo lo misterioso atrae y algo tan recóndito como el punto G actúa doblemente sobre la fantasía masculina. Ya sabemos que la imaginación es el mayor afrodisíaco, por eso pienso que el punto G no queda donde se presume, sino más bien en algún lugar mágico dentro de nuestro cerebro.
El cuerpo es uno solo integral, y dependiendo de la disposición que tengamos, y del objeto del deseo, cualquier lugar del cuerpo se puede convertir en un poderoso centro erógeno. Todo es cuestión del estímulo y de las fantasías que se despierten.
El buen sexo se da en primer lugar con un buen compañero. Sentirse cómoda en ese espacio no siempre es fácil y misterioso. No tener expectativas, besarse, besarse mucho. Que el orgasmo no sea el objetivo; es decir, no buscarlo obsesivamente. Darle importancia al antes y al después. Crear un clima de confianza y mucho humor y ternura.
El buen sexo se tiene queriéndose a una misma; al tener autoestima, uno se atreve a jugar. Conservar el carácter lúdico de la existencia, vestirse, peinarse para la ocasión. Mantener una buena dosis de saludable vanidad, y recordar que el sexo es ante todo comunicación y un factor para mantener la armonía en la pareja y la alegría en la relación.
La autoexploración y la masturbación son un espacio íntimo y privado, parte del erotismo. Una vez superados los prejuicios, la masturbación y autoexploración es una expresión erótica saludable. Mi punto G está en el cerebro".
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